Tras la muerte del mítico líder surafricano Nelson Mandela, personalidades de todo el mundo se sumaron a la conmoción que recorrió anoche el planeta. Hombres y mujeres de todos los continentes, todas las ideologías, todas las confesiones religiosas, todas las razas, emulando el espíritu de reconciliación predicado por Madiba, se unieron en una oración global de reconocimiento por el hombre que superó las barreras del odio creadas por el régimen racista del apartheid y reconcilió las dos sudáfricas.
Un referente moral que, tras 27 años de prisión, al ser liberado en 1990 evitó la tentación de buscar la venganza contra sus carceleros y lanzó un mensaje de reconciliación que trascendió a su país y llegó a toda África, a todo el mundo. El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas se encontraba reunido en el momento en que se conoció la noticia. Los embajadores cancelaron el orden del día y guardaron un minuto de silencio.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-Moon, ha destacó la vida “ejemplar” que tuvo el expresidente sudafricano, así como su “determinación” y “compromiso” por hacer posible un mundo mejor. “Estoy profundamente apenado por la muerte de Nelson Mandela, un campeón por la justicia. Nadie como él hizo tanto por los valores y aspiraciones de Naciones Unidas”, dijo Ban en una declaración ante la prensa en la sede de la ONU en Nueva York.
El primer ministro británico, David Cameron, calificó a Mandela como a un “héroe de nuestro tiempo”. “Se ha marchado una gran luz que teníamos en el mundo. He pedido que la bandera del Número 10 ondee a media asta”, dijo el mandatario conservador en su cuenta oficial de Twitter.
“Mandela cambió el curso de la historia para su gente, su país, su continente y el mundo. Mis pensamientos están con su familia y con el pueblo de Sudáfrica”, afirmó el presidente de la Comisión Europea José Manuel Durão Barroso. El presidente de la Eurocámara, el socialista alemán Martin Schulz, expresó su pésame. “El mundo ha perdido a un héroe y un icono. Un defensor de la libertad, la justicia e igualdad”, dijo Schulz.
La inteligencia política del líder antiapartheid fue otra de sus señas de identidad. Durante el mundial de rugby de 1995 en Sudáfrica, Mandela convirtió el odio de la mayoría negra hacia el deporte de emblema de la minoría blanca, los afrikaners, y su equipo nacional, los Springboks, en una catarsis colectiva de unión nacional. El evento finalizó con el propio Mandela entregando la copa del mundo, el mayor honor para un afrikaner, al capitán sudafricano François Pienaar, y con la población negra aclamando a los Springboks.
El primer ministro canadiense, Stephen Harper, incidió en la generosidad y astucia de Mandela al demostrar “que el único camino para su nación era rechazar las llamadas de rencor. Su tolerancia fue legendaria. Su magnanimidad evitó a todos los sudafricanos un sufrimiento incalculable”.
El primer ministro israelí, Bejamín Netanyahu, también tuvo palabras para Madiba. “Fue una de las figuras más honorables de nuestro tiempo. Fue el padre de su gente, un hombre de visión, un luchador por la libertad que rechazó la violencia. Ofreció un ejemplo personal para su gente en los largos años que pasó en la cárcel. Nunca fue arrogante. Trabajó para cicatrizar las heridas de la sociedad sudafricana y con su carácter logró evitar estallidos de violencia y odio”.
El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, afirmó que Mandela deja como legado una guía para alcanzar la paz del país andino. “Lamentamos profundamente la muerte de Nelson Mandela. Su legado se mantiene como nuestra guía para alcanzar la paz”, afirmó el líder latinoamericano.
El expresidente de EE UU Bill Clinton calificó a Madiba como un “campeón de la dignidad humana y de la libertad”.
El presidente de México, Enrique Peña Nieto, expresó su pesar por la muerte de un “luchador incansable en favor de la paz, la libertad y la igualdad”.
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