Cerca de 80 personas han perdido la vida en los enfrentamientos ocurridos en Bangui, la capital de la República Centroafricana, según han constatado periodistas de France Presse tras los actos violentos de esta mañana. En una mezquita del centro de la ciudad encontraron 54 cadáveres alineados en la sala de oración. Presentaban heridas de bala y de arma blanca. En calles vecinas, los informadores contabilizaron otros 25 cadáveres. El tiempo apremia para el frágil Gobierno provisional de República Centroafricana. La madrugada del miércoles al jueves, los combates entre el Ejecutivo y las milicias de oposición causaron la muerte a ocho personas y heridas a otras 65. Durante toda la noche, se escucharon disparos y detonaciones en varios puntos de la capital, Bangui. En las calles y en una mezquita se han hallado más de 80 cadáveres, según France Presse.
Ante una situación que poco a poco se le escapa de las manos, el primer ministro centroafricano, Nicolas Tiangaye, ha pedido al Gobierno de François Hollande que acelere de forma "inmediata" el despliegue de 1.200 soldados franceses en el país africano, una vez el Consejo de Seguridad de la ONU ha dado visto bueno a la operación. Esta misma madrugada, 250 soldados se desplegaron en Bangui.
En una alocución televisada, el presidente interino, Michel Djotodia, ha anunciado la extensión por cuatro horas más del toque de queda, que pasa a estar en vigor de las seis de la tarde hora local (misma hora que en la España peninsular) a las seis de la mañana. Djotodia ha pedido a la población que "mantenga la calma" y ha afirmado que "el Ejército francés es amigo de la República Centroafricana".
"Esto no es un golpe de Estado", ha intentado tranquilizar Djotodia en televisión. "Son elementos de [el presidente depuesto François] Bozizé que pretenden perjudicar las conversaciones de París". En la capital francesa Tiangaye está reunido con miembros del Gobierno francés y varios líderes regionales para discutir los términos de la intervención del Ejército galo. Los 1.200 soldados enviados por París reforzarán una fuerza regional de 2.500 militares.
Djotodia, el primer presidente musulmán en un país mayoritariamente cristiano y animista, llegó al poder después de que las milicias Seleka derrocasen a Bozizé en marzo. Desde entonces, conflictos entre la propia Seleka así como la presencia de milicias fieles al presidente depuesto, han ido sumergiendo en el caos al país africano.
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