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segunda-feira, 27 de janeiro de 2014

Espaldarazo del Ejército egipcio a una presidencia de Al Sisi


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Espaldarazo del Ejército egipcio a una presidencia de Al Sisi

La cúpula del Ejército egipcio expresó este lunes su apoyo a la candidatura presidencial de Abdelfattá al Sisi, ministro de Defensa y responsable último del golpe de Estado que depuso en verano al islamista Mohamed Morsi, primer presidente del país electo en las urnas. La decisión llega un día después de que el presidente interino, Adli Mansur, avanzara las elecciones presidenciales y mientras el país espera con expectacón el inminente anuncio por parte del propio al Sisi sobre sus aspiraciones presidenciales.


El espaldarazo del Ejército, que allana el camino de al Sisi hacia el palacio presidencial de Ittihadiya, se produjo tras una reunión de la Junta Superior de las Fuerzas Armadas, y tan solo unas horas después de que Mansur, promulgara un decreto presidencial para ascender al popular general, al rango de mariscal, el más alto en el escalafón del Ejército egipcio


La promoción de al Sisi se interpreta como una decisión de carácter eminentemente político. De 59 años de edad, el flamante mariscal lleva solo un año y medio en el cargo, y pertenece a una generación de líderes castrenses sin experiencia de combate, pues aún se estaba formando cuando Egipto libró su última guerra contra Israel, en 1973. Además, no hay que olvidar que fue el propio al Sisi quién nombró raïs interino a Mansur, presidente del Tribunal Constitucional cuando el pasado 3 de julio se ejecutó el golpe de Estado.


El decreto presidencial es el último de una serie de movimientos que parecen formar de una estudiada coreografía previa al anuncio de la candidatura presidencial de al Sisi. El avance de las elecciones presidenciales a la primavera -aún no se ha concretado la fecha exacta- obliga al mariscal a tomar una decisión con celeridad sobre su futuro político. En caso de dar el paso, de acuerdo con la ley, al Sisi deberá colgar el uniforme militar, lo que parece explicar su súbito ascenso de rango decretado por Mansur. Según todos los analistas, el mariscal se impondría con facilidad en las elecciones.


Tras la asonada, el líder castrense rechazó categóricamente atesorar aspiraciones políticas. No obstante, con el paso de los meses, sus declaraciones se volvieron cada vez más ambiguas hasta abrir las puertas a su candidatura hace una par de semanas “por petición del pueblo y bajo el mandato del Ejército”. Su promoción al más alto rango militar del Ejército egipcio otorgará un nuevo argumento al culto a su personalidad promovido por los medios de comunicación, y que han contribuido a crear una auténtica “sisimanía” entre una parte de la población. Su efigie está en todos lados, incluidas las tartas de algunas pastelerías de la capital.


Mientras la prensa aún celebra la demostración del apoyo popular a las Fuerzas Armadas en la plaza Tahrir del pasado sábado, tercer aniversario de la revolución que depuso a Mubarak, el ministerio de Sanidad elevó a 64 la cifra oficial de muertos en aquella sangrienta jornada. La masacre fue producto de la brutal represión policial de las manifestaciones opositoras organizadas por los jóvenes revolucionarios laicos y los Hermanos Musulmanes, el movimiento islamista al que pertenece el ex raïs Morsi. A pesar de haber aprobado recientemente una Constitución democrática, la regresión del respeto a las libertades es clara.


Egipto atraviesa una fase de aguda polarización política, salpicada por periódicos estallidos de violencia que se han cobrado la vida de más de 2.000 personas, la mayoría simpatizantes de la Hermandad muertos en el transcurso de manifestaciones de protesta. Asimismo, el país árabe es víctima de una ola de atentados terroristas contra las fuerzas de seguridad a manos de diversas organizaciones yihadistas con base en la península del Sinaí. La más potente es Ansar Bayt al-Maqdis (“partisanos de Jerusalén).




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