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domingo, 12 de janeiro de 2014

Ariel Sharon recibirá un funeral militar en su rancho


Portada de Internacional | EL PAÍS

Ariel Sharon recibirá un funeral militar en su rancho

Los israelíes se preparan para despedir a Ariel Sharon, quien fuera primer ministro entre 2001 y 2006, con honores de estado. Militar y político tan admirado como detestado, sobre todo por los palestinos que le recriminan la expansión de los asentamientos en Cisjordania y la permisión de la matanza en los campos de refugiados de Sabra y Chatila durante la invasión de Líbano de 1982, su cadáver se trasladará a una capilla ardiente de la Knesset [parlamento] en la mañana de este domingo. El lunes se celebrará un funeral militar al que acudirán varios líderes internacionales, entre ellos el vicepresidente norteamericano, Joe Biden; el exprimer ministro británico Tony Blair y el ministro del Interior español, Jorge Fernández Díaz, que hoy inicia una visita oficial a Israel.


Sharon será enterrado el lunes en el rancho familiar de Havat Shikmin, en el sur del país, donde ya yace su segunda esposa, Lily, fallecida a causa de un cáncer en 2000. Las reuniones oficiales en la Knesset se han suspendido hasta que finalicen las exequias. El hecho de que el funeral sea militar pone de relieve la carrera militar de Sharon, que a los 14 años se unió a la Hagana, una milicia formada para avanzar los intereses de la población judía en lo que entonces era la Palestina del mandato británico. Ascendió entre los rangos del ejército cuando Israel declaró su independencia en 1948, y sus acciones fueron decisivas en la toma de la península del Sinaí en 1967 y en la victoria, contra pronóstico inicial, contra Siria y Egipto en el conflicto de 1973.


Sharon estuvo en coma desde enero de 2006, cuando sufrió una segunda hemorragia cerebral en apenas un mes. Entonces, como primer ministro, había abandonado ya el partido conservador Likud y había fundado la formación centrista Kadima, que ganó las elecciones en marzo de aquel año con Ehud Olmert a la cabeza. Del legado político de Sharon queda la retirada unilateral de Israel de la franja de Gaza, que precedió a la toma de poder por el grupo islamista Hamás y a dos conflictos en 2008 y 2012. Y en el recuerdo de los palestinos queda su incendiaria visita a la Explanada de las Mezquitas en 2000, cuando se presentaba a las elecciones, que prendió la mecha de la segunda intifada. Su muerte fue recibida en las calles palestinas con la quema de sus fotos y gritos de “criminal”.


El actual primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, un viejo rival suyo, despidió a Sharon como un “valiente luchador y gran militar”. El presidente Simón Peres, que queda ahora como el último de los fundadores de Israel, le recordó como “uno de los mayores defensores de Israel, que no conoció el miedo”. El mismo fallecido admitió en muchas ocasiones que su voluntad principal y casi única era defender a toda cosa los intereses de Israel, ya fuera en el campo de batalla o en la política. Su fiereza en combate le granjeó el apodo con el que muchos le despidieron tras su muerte, el ‘bulldozer’.


 La principal mancha en su carrera de cara a la comunidad internacional ocurrió durante la invasión israelí de Líbano en 1982. El general, que entonces era ministro de Defensa, no actuó para prevenir la matanza de cientos de civiles palestinos en los campos de Sabra y Chatila, en Beirut. Una comisión de investigación israelí le encontró responsable en 1984 de “ignorar el peligro del derrame de sangre y la venganza cuando aprobó la entrada de los falangistas en los campos”. Él siempre rechazó esas acusaciones, definiéndose como un cabeza de turco.




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