Cuatro días después de la marcha del secretario de estado norteamericano, John Kerry, en su décimo viaje a Jerusalén y Ramala para tratar de reactivar el proceso de paz y lograr un acuerdo entre israelíes y palestinos, el ejecutivo de Benjamín Netanyahu ha anunciado la licitación de 1.400 viviendas en zona ocupada palestina. Las facciones más a la derecha de la coalición de gobierno habían intentado emitir esas licitaciones hace semanas, pero Netanyahu quiso esperar a la marcha de Kerry para evitar una confrontación con la Casa Blanca. El jefe de la diplomacia norteamericana tiene previsto regresar a la zona en la semana entrante.
A diferencia de en ocasiones pasadas, el gobierno israelí no se ha comprometido en esta ronda de negociaciones a congelar la expansión de las colonias en Jerusalén oriental y en Cisjordania. Sí ha aceptado liberar, en tandas, a 104 presos palestinos, juzgados y condenados por ataques —en su mayoría con víctimas— cometidos antes de la firma de los acuerdos de paz de Oslo en 1993. Netanyahu se ha enfrentado a una gran presión interna, en su coalición y por el electorado de su partido, el conservador Likud, por esa decisión y porque los presos han sido recibidos como héroes por la población y los gobernantes palestinos.
El ministerio de Vivienda, cuya cartera ocupa Uzi Ariel, del partido ultraderechista Casa Judía (Habayit Hayehudi), ha anunciado las licitaciones —que de momento son concursos de construcción— este viernes. De ellas 600 corresponden a la zona de Ramat Shlomo, en Jerusalén. El resto se hallan en colonias Cisjordania: 227 en Efrat, 169 en Elkana, 102 en Immanuel, 86 en Kernei Shomron, 78 en Alfei Menashe, 75 en Adam, 40 en Ariel y 24 en Beitar Illit. Aparte, según ha informado el diario israelí Haaretz, 532 proyectos de viviendas en Jerusalén que ya se ofrecieron en el pasado y no encontraron licitadores se vuelven a poner en el mercado.
La decisión de demorar el anuncio de la ampliación de los asentamientos de colonos judíos obedece a la voluntad de aplacar a Estados Unidos. En 2010 el gobierno de Netanyahu anunció una ampliación de 1.500 viviendas durante una visita oficial del vicepresidente norteamericano, Joe Biden, algo que provocó la ira de Washington. Israel capturó de Jordania las zonas de Jerusalén este y Cisjordania en la guerra de 1967. La expansión de los asentamientos se considera ilegal bajo el derecho internacional. Viven en zona ocupada medio millón de colonos judíos. La Autoridad Palestina reclama un Estado propio en las fronteras previas a la guerra de 1967.
En octubre los negociadores palestinos Saeb Erekat y Mohamed Shtayeh presentaron su dimisión al presidente Mahmud Abbas por lo que calificaron de obstáculos de Israel al proceso de paz, como la ampliación ahora anunciada de los asentamientos. Abbas aún no ha aceptado esa dimisión formalmente. Ambas partes se han dado hasta el 29 de abril para negociar, y ahora Kerry busca una prórroga que permita avanzar hacia un acuerdo definitivo.
El anuncio tiene sus propios detractores dentro de la propia coalición de gobierno. El ministro de Finanzas y líder del partido Hay Futuro (Yesh Atid) ha emitido un comunicado en el que ha dicho que “estas no son licitaciones para construir, son declaraciones de una voluntad de construir vacías de contenido. Es una mala idea. Hay Futuro hará lo que pueda para asegurarse de que todo esto queda en una mala idea que no será ejecutada”.
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